La industria de seguros del hogar ha presenciado un auge en el valor de los servicios de manitas. Estos servicios, sin duda, realzan el atractivo de las pólizas, otorgando a las aseguradoras una ventaja competitiva. Pero, ¿a qué coste? Desde AESA, creemos que es el momento de abordar un aspecto que se ha mantenido en la periferia del debate: el impacto económico en las reparadoras que proporcionan estos servicios.
¿Dónde radica el desequilibrio?
El modelo de negocio actual favorece que las aseguradoras ofrezcan servicios de manitas como valor añadido sin necesidad de incurrir en un coste significativo. Sin embargo, en la otra cara de la moneda, encontramos a las reparadoras, que muchas veces se ven presionadas para ofrecer estas prestaciones a tarifas reducidas o, en algunos casos, sin compensación alguna.
Este desequilibrio amenaza la sustentabilidad de las empresas reparadoras, que, a largo plazo, podrían verse en la necesidad de comprometer la calidad del servicio o incluso reconsiderar su participación en estos programas.
Debemos buscar un modelo sostenible
Es crucial que se busque una alternativa en la que los servicios de manitas sigan siendo un atractivo para las pólizas, pero que también garantice una compensación justa para las reparadoras. Este cambio no solo beneficiaría a estas empresas, sino que aseguraría que los clientes continúen recibiendo servicios de calidad.
Luchamos por un sector equitativo y fuerte
Un sector robusto y próspero necesita de un equilibrio en el que todos sus actores obtengan beneficios. En esta coyuntura, instamos a las aseguradoras y demás entidades relacionadas a considerar el impacto real que tienen las decisiones comerciales en la cadena de valor completa. Es tiempo de que el servicio de manitas no solo sea visto como un beneficio para el cliente, sino también como una oportunidad para reforzar la salud económica y la equidad en el sector.
